Carnes y embutidos

Aparte de la venta de carne fresca sin conservantes ni colorantes, las carnicerías de la comarca tienen gran reconocimiento por sus embutidos:

Salchicha: Es un embutido crudo que se elabora con las carnes más nobles del cerdo: carne de hombro o de muslo y panceta, ensaladas con sal y pimienta negra. Se embute en una tripa de cerdo, se ata y ya queda lista para la comercialización.

Butifarra de cebolla y arroz: muy sabrosa y aromática que la hace uno de los embutidos más apreciados para todo tipo de preparaciones gastronómicas: a la brasa, frita, a la escudilla, con legumbres, con habas a la catalana, con pan con tomate…

Butifarra blanca o de carne: a diferencia de otras comarcas, se sigue elaborando con los ingredientes tradicionales, las carnes que iban a la caldera: cabeza de cerdo, riñón, perdiz, corazón… sal, pimienta negra, todo cocido. Resulta un embutido muy sabroso y meloso, que lo hacen muy apreciado. Se puede comer cortado como embutido o a la brasa, frita o rasgullada, acompañando legumbres o verduras.

También es habitual encontrar sobrasada, látigos, secallones, etc, que se pueden consumir en crudo.

La Terra Alta todavía cuenta con gran presencia de rebaños extensivos o mixtos tanto en cuanto a corderos como cabritos que se han criado recorriendo el territorio y limpiando los bosques. Éstos se pueden comprar tanto en la mayoría de carnicerías como directamente a algunos pastores de la comarca.

De esta forma, y ​​potenciando la producción de proximidad y kilómetro cero, también se reducen los kilómetros de transporte reduciendo el estrés de los mismos animales, los niveles de contaminación y contribuyendo a la sostenibilidad. Además, tanto las carnes como embutidos suelen envolverse con papel reduciendo el impacto en cuanto al consumo de envases.

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